Generalidades de los virus (tamaño, forma, etc)

Los virus son los parásitos más chicos, generalmente miden entre 0,02 y 0,3 micrometros, aunque hace poco se descubrieron numerosos virus enormes de hasta 1 μm de longitud (megavirus, pandoravirus). Los virus dependen totalmente de las células donde habitan (bacterianas, vegetales o animales) para reproducirse. Los virus tienen una cubierta externa de proteínas y en ocasiones lípidos, un núcleo de RNA o DNA y, en ocasiones, enzimas primordiales para los primeros pasos de la replicación viral.
Los virus están clasificados primordialmente desde la naturaleza y la composición de sus genoma y de su procedimiento de replicación, no según las patologías que causan. Entonces, hay virus de DNA y virus de RNA; cada tipo tiene la posibilidad de tener su material genético con apariencia de cadenas sencillos o dobles. Los virus de RNA de cadena fácil se dividen en esos con RNA de sentido (+) y esos de sentido (-). Los virus de DNA por lo general se replican en el núcleo de la célula huésped, y los virus de RNA lo acostumbran llevar a cabo en el citoplasma. No obstante, algunos virus de RNA de cadena fácil y sentido (+) llamados retrovirus usan un procedimiento de replicación muy distinta.
Los retrovirus usan la trascripción inversa para hacer una copia de DNA de cadena doble (un provirus) desde su genoma de RNA, que se introduce dentro del genoma de su célula huésped. La transcripción inversa se transporta a cabo usando la enzima retrotranscriptasa, que el virus transporta con él dentro de su envoltura. Ejemplos de retrovirus son los virus de la inmunodeficiencia humana y los virus de la leucemia de linfocitos T humana. Cuando el provirus se integra en el DNA de la célula huésped, se transcribe usando los mecanismos celulares normales, para producir proteínas y material genético virales. Si la célula infectada forma parte a la línea germinal, el provirus que viene dentro puede quedar predeterminado como un retrovirus endógeno que se transmite a la descendencia.
Para que se genere una infección, el virus primero debe fijarse a la célula huésped en una o numerosas moléculas receptoras de la área celular. Así, el DNA o el RNA viral ingresa en la célula huésped y se divide de la envoltura externa (pérdida de la envoltura) para lograr replicarse dentro de la célula huésped por medio de un desarrollo que necesita enzimas particulares. Los elementos virales recién sintetizados después se ensamblan en una partícula viral completa. Ahora, se produce la desaparición de la célula huésped, con liberación de nuevos virus capaces de infectar a otras células. Cada paso de la replicación viral implica diferentes enzimas y sustratos, y da una ocasión para entorpecer con el desarrollo de infección.
Las secuelas de la infección viral son muy cambiantes. Muchas infecciones causan patología aguda tras un lapso de incubación corto, pero algunas son asintomáticas o causan indicios inferiores y tienen la posibilidad de no advertirse salvo en una perspectiva retrospectiva. Las defensas del huésped logran vencer muchas infecciones virales, pero algunas están en estado de latencia, y algunas causan patologías crónicas.
A lo largo de la infección latente, el RNA o el DNA del virus permanece en la célula del huésped pero no se replica ni crea patología en el transcurso de un lapso prolongado, en oportunidades a lo largo de numerosos años. Las infecciones virales latentes tienen la posibilidad de transmitirse a lo largo de la etapa asintomática y esta cualidad facilitaría la diseminación interpersonal. En ocasiones, un aspecto desencadenante (en especial la inmunodeficiencia) causa una reactivación de la patología.
Los virus que están con más grande continuidad en estado de latencia son
- Virus herpes
- HIV
- Papovavirus
Las infecciones virales crónicas se caracterizan por la diseminación viral continua, prolongada; ejemplos son la infección congénita por el virus de la rubéola o el citomegalovirus y la hepatitis persistente B o C. El HIV puede provocar infecciones tanto latentes como crónicas.
Algunas patologías son la consecuencia de la reactivación del virus en el sistema nervioso central luego de un lapso de latencia muy extenso. Estas patologías tienen dentro
- Leucoencefalopatía multifocal progresiva (debida al virus JC, un poliomavirus)
- Panencefalitis esclerosante subaguda (secundaria al virus del sarampión)
- Panencefalitis rubeólica progresiva (debida al virus de la rubéola)
La patología variante de Creutzfeldt-Jakob y la encefalopatía espongiforme bovina se conocían en el pasado como patologías por virus pausados porque sus ciclos de incubación son extendidos (años), pero actualmente se nombran patologías por priones, que son agentes proteináceos causantes de patologías que no tienen la posibilidad de clasificarse como bacterias, hongos o virus y que no tienen dentro material genético.
Se identificaron numerosos centenares de virus diferentes capaces de infectar al ser humano. Los virus que infectan más que nada a humanos acostumbran diseminarse por vía respiratoria y por las excreciones entéricas. Algunos se emiten sexualmente y a través de la transferencia de sangre (p. ej., por medio de transfusiones, contacto de las mucosas, o punción con una aguja contaminada) o por medio de el trasplante de tejidos. Varios virus se emiten por medio de vectores roedores o artrópodos, y hace poco se ha reconocido a los murciélagos como hospedadores de todos los virus de los mamíferos, entre ellos algunos causantes de algunas infecciones graves del ser humano (p. ej., trastorno respiratorio agudo grave [SARS]).
Los virus tienen la posibilidad de localizarse a nivel mundial, pero su organización está limitada por la resistencia intrínseca, las infecciones inmunizantes anteriores o las vacunas recibidas por el sujeto, las medidas de control sanitario y otras medidas de salud pública y la gestión profiláctica de antivirales.
Los virus zoonóticos desarrollan sus ciclos biológicos más que nada en animales, y los humanos son huéspedes secundarios o accidentales. Estos virus se localizan en superficies y climas favorables para sus ciclos naturales de infección en huéspedes animales (vertebrados, artrópodos o ambos).
Virus y cáncer
Algunos virus son oncogénicos y predisponen al avance de algunos tipos de cáncer:
- Papilomavirus humano (HPV): carcinoma cervical, carcinoma de pene, carcinoma vaginal, carcinoma anal, carcinoma orofaríngeo y carcinoma esofágico
- Virus linfotrópico humano T 1: numerosos tipos de leucemias y linfomas en humanos
- Virus Epstein-Barr: carcinoma nasofaríngeo, linfoma de Burkitt, linfoma de Hodgkin y linfomas en receptores de trasplantes de órganos en estado de inmunodeficiencia
- Virus de la hepatitis B y la hepatitis C: carcinoma hepatocelular
- Virus herpes tipo 8 humano: sarcoma de Kaposi, linfomas primarios de cavidades corporales y patología de Castleman multicéntrica (trastorno linfoproliferativo)
Diagnóstico
Algunos trastornos virales se tienen la posibilidad de hacer un diagnostico de la siguiente manera:
- Clínicamente (p. ej., algunos síndromes virales extensamente populares como el sarampión, la rubéola o rubeola, la roséola neonatal, el eritema infeccioso y la varicela)
- Epidemiológicamente (p. ej., a lo largo de brotes epidémicos como gripe, infección por norovirus, y parotiditis)
Tienen que solicitarse pruebas de laboratorio para corroborar la patología, más que nada cuando se cree que el régimen concreto puede ser servible o cuando se sospecha que el virus puede representar una amenaza para la salud pública (p. ej., HIV). Los laboratorios de los hospitales tienen la posibilidad de detectar algunos virus, pero cuando desean confirmarse trastornos menos recurrentes (p. ej., íra, encefalitis equina oriental, parvovirus B19 humano) las muestras tienen que mandarse a laboratorios de salud estatales o a los Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de las Patologías, CDC).
El examen serológico a lo largo de las fases aguda y de convalencencia puede ser sensible y concreto, pero lento; algunos virus, en particular los flavivirus, muestran reacciones cruzadas que confunden el diagnóstico. El diagnóstico puede hacerse con de manera rápida con cultivo, PCR (polymerase chain reaction) o evaluación de antígenos virales. El examen histológico con microscopia electrónica (no óptica) en ocasiones puede ser servible. Para comprender los métodos de diagnóstico particulares, véase Diagnóstico de laboratorio de las patologías infecciosas.
Los genomas virales son pequeños; el genoma de los virus de RNA varía entre 3,5 kilobases (algunos retrovirus) y 27 kilobases (algunos reovirus), en tanto que el genoma de los virus de DNA varía desde 5 kilobases (algunos parvovirus) a 280 kilobases (algunos poxvirus). Este tamaño manipulable, adjuntado con los adelantos recientes en la tecnología de secuenciación de nucleótidos, supone que la secuenciación parcial y total del genoma de los virus se convertirá en un ingrediente fundamental en las indagaciones epidemiológicas de los brotes de patologías.
Tratamiento
Fármacos antivirales
Los adelantos en el empleo de los medicamentos antivirales se sucedieron a enorme agilidad. La quimioterapia antiviral puede dirigirse contra numerosas fases de la replicación viral. Puede
- Entorpecer sobre la unión de partículas víricas a las membranas de la célula huésped o sobre el reconocimiento de los ácidos nucleicos virales
- Cortar un receptor celular o aspecto requerido para la replicación viral
- Denegar las enzimas y las proteínas particulares codificadas por el virus que se generan en las células huésped y que son fundamentales para la replicación viral pero no para el metabolismo habitual de la célula huésped
Los antivirales se utilizan con mucha continuidad para el régimen o la prevención de la infección por herpesvirus (incluso citomegalovirus), virus respiratorios, HIV, hepatitis B crónica y hepatitis C crónica. Sin embargo, algunos medicamentos son eficaces contra varias clases diferentes de virus. Algunos medicamentos activos contra HIV se indican en otras infecciones virales, como hepatitis B. Los nuevos medicamentos antivirales son eficaces contra el virus Ébola.
Interferones
Los interferones son compuestos liberados por las células huésped infectadas en respuesta a los antígenos virales u otros antígenos raros.
Existen varios interferones diferentes que ejercen varios efectos, como el bloqueo de la traducción y la transcripción del RNA viral y la detención de la replicación viral sin poner en una situación comprometedora la funcionalidad habitual de la célula huésped.
En oportunidades, los interferones se gestionan adjuntado con polietilenglicol (formulaciones pegiladas), lo que facilita una liberación lenta y sostenida del interferón.
Algunos trastornos virales tratados con interferón son
- Hepatitis B crónica y hepatitis C crónica
- Verrugas genitales (condilomas acuminados)
- Sarcoma de Kaposi
Los resultados perjudiciales de los interferones tienen dentro fiebre, escalofríos, debilidad y mialgia, que comunmente empiezan entre 7 y 12 h luego de la primera inyección y están hasta 12 h. Además puede identificarse depresión, hepatitis y, cuando se usan dosis altas, inhibición de la médula ósea.
Prevención
Vacunas
Las vacunas trabajan por medio de la estimulación de la inmunidad. Las vacunas virales que se emplean comunmente son la vacuna para la hepatitis A, la hepatitis B, el papilomavirus humano, antigripal, antiencefalitis de Japón, antisarampionosa, antiparotiditis, antipoliomielítica, antirrábica, antirrotavirus, la encefalitis transmitida por garrapatas, antirrubeólica, antivaricelosa y contra la fiebre amarilla. Se desarrollaron vacunas contra adenovirus y viruela, pero sólo para pacientes correspondientes a grupos con peligro alto (p. ej., reclutas militares). Hay una vacuna para la prevención de la patología ocasionada por el virus Ébola de Zaire.
Las patologías virales tienen la posibilidad de ser erradicadas con buenas vacunas. La viruela fue erradicada en 1978, y la peste bovina o del ganado (causada por un virus muy relacionado con el virus del sarampión humano) fue erradicada en 2011. La poliomielitis fué erradicada en todos los países, excepto en unos pocos en donde la logística y los sentimientos religiosos siguen impidiendo la vacunación. El sarampión fue erradicado en varias zonas de todo el mundo, principalmente de América, pero como hablamos de una patología demasiado contagiosa y la vacunación es incompleta, inclusive en zonas donde se lo considera erradicado, la erradicación final no es inminente.
Las perspectivas para la erradicación de otras infecciones virales menos simples de tratar (como el HIV) son inciertas actualmente.
Inmunoglobulinas
Hay inmunoglobulinas que se emplean para la profilaxis inmunitaria pasiva en ocasiones limitadas. Estas vacunas tienen la posibilidad de indicarse antes de la exposición (p. ej., para la hepatitis A), luego de ésta (p. ej., para la íra o la hepatitis) y para el régimen de la patología (p. ej., eccema por vacunación).
Medidas protectoras
Muchas infecciones virales tienen la posibilidad de prevenirse con medidas protectoras de sentido habitual (que varían según el modo de transmisión del virus en cuestión).
Las medidas destacables tienen dentro
- Lavarse de manos
- Elaboración correcta de los comestibles y régimen correspondiente del agua
- Evadir el contacto con personas enfermas
- Prácticas sexuales seguras
Cuando la infección se transmite por medio de un insecto vector (p. ej., mosquitos, garrapatas), resulta primordial evadir el vector.
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