Ecosistemas de las Islas Canarias

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Más allá de su achicada extensión (7.447 km²), el archipiélago canario tiene una asombroso diversidad ecológica, consecuencia de la conjunción de unas particulares propiedades del ambiente.

Las altas temperaturas que le corresponden por su cercanía al trópico y al desierto del Sahara quedan suavizadas por la predominación oceánica y por la cercanía de la corriente fría de canarias. Por añadidura, la enorme elevación de las islas acarrea una destacable alteración térmica altitudinal. El tiempo está condicionado además por los vientos, resaltando por su elevada constancia los alisios del noreste, cuya humedad se condensa en las ubicaciones de medianías del norte y noreste de las islas más altas, formando extensos bancos de nieblas catalogados comunmente como "mar de nubes". Estos se sitúan entre los 600-1.800 m precisamente, coincidiendo su límite superior con la circulación de los vientos de altura, más secos y cálidos, que previenen por lo general el ascenso de las nubes.

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La acometida esporádica de perturbaciones atmosféricas que vienen de superficies polares o ecuatoriales modifica por un tiempo el esquema descrito, dando paso a calimas (masas de polvo en suspensión provenientes del desierto del Sahara) o a precipitaciones torrenciales, que en las cumbres tienen la posibilidad de originar nevadas.

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Además, la accidentada orografía insular modifica localmente las condiciones en general dando lugar a una rica diversidad de microclimas. Además, los distintos materiales volcánicos, bajo la acción combinada de los agentes climáticos, dan lugar a una enorme diversidad de pisos.
La conjunción de todos estos componentes establece la presencia de lugares donde habitan muy diversos que contienen varias comunidades de plantas y animales que, al interrelacionarse, conforman los singulares ecosistemas de canarias, esbozados por primera oportunidad por el conocidos científico alemán Alexander von Humboldt a lo largo de su visita a la isla de Tenerife en 1799 y que, hoy en dia, quedan establecidos por los próximos tipos de vegetación: Cardonal-tabaibal, Bosques termófilos, Laurisilva, Fayal-brezal, Pinar y Retamar-codesar.

Tabla de Contenido

    Cardonal-tabaibal

    Cardonal tabaibal

    El Cardonal-tabaibal ocupa una región ubicada entre los 0-700 m de altura, de acuerdo con la orientación de las distintas vertientes, caracterizada por un prominente nivel de insolación, temperaturas subjetivamente altas, con media anual de 20º C, pocas precipitaciones, alrededor de los 100-350 mm. de lluvia al año.

    Estas condiciones climatológicas, con la presencia de pisos poco fértiles y sustratos erosionados y abruptos, condicionan una vegetación compuesta por arbustos suculentos y matorrales, que recuerdan a los que viven en los desiertos. Existe poca diversidad de especies vegetales, siendo las más representativas el cardón (Euphorbia canariensis) y la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera). Con ellas se desarrollan otras especies xerófilas o semixerófilas, muchas de ellas endémicas, como los bejeques (Aeonium spp.), el verode (Kleinia neriifolia), los cardoncillos (Ceropegia ssp.), las siemprevivas (Limonium ssp.), la aulaga (Launaea arborescens), el cornical (Periploca laevigata), las vinagreras o calcosas (Rumex lunaria), el balo (Plocama pendula), etc. Además de algunas especies introducidas desde América, como las tuneras y las piteras.

    Bosques termófilos

    Bosques termofilos

    El Bosque termófilo canario es una formación bien definida que se prolonga precisamente entre los 200-500 m en la vertiente norte, y hasta los 800 m en la vertiente Sur. Se puede tener en cuenta como una región de transición entre los matorrales xerófilos del Cardonal-tabaibal y las formaciones arbóreas de la Laurisilva o el Pinar. Ocupa las denominadas zonas de medianías, donde la predominación del mar de nubes tapa el sol a lo largo de parte importante del año, las temperaturas son suaves, alrededor de los 16º C, y la precipitación anual se coloca alrededor de los de 350-600 mm. Todo ello facilita el avance de formas arbustivas y arbóreas adaptadas a la luz y al calor moderado, con ramaje en la mayoría de los casos muy intrincado, con un sotobosque muy variado de arbustos y herbáceas.

    Esta clase de formación vegetal, de origen mediterráneo o norteafricano, se destaca por la existencia de un achicado grupo de especies arbóreas, entre las que sobresalen el drago (Dracaena draco), la palmera canaria (Phoenix canariensis), la sabina (Juniperus canariensis), el lentisco (Pistacia lentiscus), el almacigo (Pistacia atlantica) y el acebuche (Olea guanchica), y una extensa variedad de especies herbáceas, muchas de ellas endémicas, como la malva de risco (Lavatera acerifolia), el orobal (Withania aristata), el espinero (Rhamnus crenulata), el jazmín silvestre (Jasminum odoratissimum), el granadillo (Hypericum canariense), etc.

    Sus aéreas de organización potencial se hallan muy degradadas por la continuada acción humana, y de las antiguas formaciones boscosas monoespecíficas, como los palmerales, sabinares, dragonales o acebuchales, solo quedan pocas representaciones.

    Laurisilva

    Laurisilva

    La Laurisilva es un tipo de bosque que sólo está en unas escasas zonas de todo el mundo, teniendo en las islas canarias su manifestación más genuina y mejor conservada. Hablamos de una formación vegetal heredera de los bosques mediterráneos de la Era terciaria, caracterizados por la existencia de enormes árboles con hojas de tipo lauráceo, lanceoladas, coriáceas y lustrosas, adaptadas al ámbito cálido y húmedo que se forma bajo las nieblas permanentes del llamado mar de nubes.
    Es el ecosistema más complejo de canarias, compuesto por una densa cubierta de enormes árboles que solamente dejan pasar la luz, con un sotobosque de herbáceas, helechos, líquenes, musgos, y hongos. Ocupa de forma exclusiva una banda de la vertiente norte de las islas de más grande relieve, comprendida entre los 400-1.200 m de altura, con un bajo nivel de insolación, una temperatura media de 14º C, y una precipitación anual de 800 y 1.400 mm, distribuidas muy regularmente en todo el año.

    Las primordiales especies arbóreas de la laurisilva son el laurel (Laurus novocanariensis), el barbusano (Apollonias barbujana), el viñatigo (Persea indica), el palo blanco (Picconia excelsa) y el tilo (Ocotea foetens). En el sustrato arbustivo hay especies como el follao (Viburnum rigidum), la reina de monte (Ixanthus viscosus), la capitana (Phyllis nobla), la cresta de gallo (Isoplexis canariensis) y la flor de mayo (Pericallis appendiculata), que, con enormes helechos como la píjara (Woodwardia radicans), con frondes de hasta bastante más de 2 m de longitud, contribuyen a enriquecer los estratos inferiores. Además recalca la existencia de algunas enredaderas como la gibalbera (Semele androgyna), la hiedra canaria (Hedera canariensis), el bicácaro (Canarina canariensis) o la zarzaparrilla (Smilax canariensis), que trepan por los troncos húmedos hasta lograr la claridad en la misma copa de los árboles.

    Fayal-brezal

    Fayal brezal

    El Fayal-brezal es un bosque parecido a la laurisilva pero ajustado a zonas más frías, xerófilas y expuestas al viento, y que la reemplaza en zonas degradadas. Está en altitudes comprendidas entre los 400-1.700 m de altura, con un moderado nivel de insolación, y una temperatura media anual de unos 17-18º C.

    La vegetación es más pobre en especies arbóreas y con sotobosque muy poco. Está formada primordialmente por fayas (Morella faya), brezos (Erica arborea), acebiños (Ilex canariensis) y laureles (Laurus novocanariensis).

    Pinar

    PINARES CANARIOS

    El Pinar canario es una formación boscosa uniformes donde la exclusiva clase arbórea es el pino canario (Pinus canariensis), que se coloca por arriba del Fayal-brezal en la vertiente norte y del Cardonal-tabaibal o el Bosque termófilo en la vertiente sur, ocupando una banda que va de los 700-800 m a los 2.400 m de altitud.

    Su clima se destaca por tener inviernos fríos y veranos muy calurosos, las precipitaciones no son muy abundantes, y el nivel de insolación es muy prominente. Sólo está en las islas de Tenerife, La Palma y Enorme Canaria.

    Forma bosques densos y extensos de pino canario, con un sotobosque muy empobrecido, en el predominan brezos (Erica arborea) y fayas (Myrica faya) en las ubicaciones más húmedas, y jaras (Cistus symphytifolius), tomillos (Micromeria spp.), escobones (Chamaecytisus proliferus), retamas (Teline microphylla) y codesos (Adenocarpus foliolosus) en las más secas.

    Sus superficies de organización original se vieron muy mermada por el profundo aprovechamiento que durante los siglos se hizo del pino canario, una de las especies mejor adaptadas a la dificultosa orografía canaria y más fuerte a los incendios.

    Retamar-codesar

    Retamar codesar

    El Retamar-codesar en un ecosistema que se lleva a cabo en las islas de Tenerife y La Palma y Enorme Canaria en alturas superiores a los 2.000 metros. El tiempo está marcado por un contraste estacional, con inviernos muy fríos, en los que son recurrentes las nevadas y heladas, y veranos muy calurosos.

    La vegetación se ha ajustado a estas condiciones, adoptando diferentes tácticas que las protegen de las duras propiedades del ambiente.

    Las especies dominantes son la retama (Spartocytisus supranubius) y el codeso (Adenocarpus viscosus). Con ellas se lleva a cabo una cantidad enorme de especies, muchas de ellas endémicas, como la hierba pajonera (Descurainia bourgeauana), la margarita del Teide (Argyranthemun tenerifae), el alhelí del Teide (Erysimum scoparium) o el tajinaste del Teide (Echium wildpretii).

    En la isla de Tenerife, por arriba de este matorral de cumbre sólo viven muy escasas plantas, como la violeta del Teide, y algunas comunidades de líquenes, musgos y hongos, adaptados a la fortísima radiación del sol, y la intensa oscilación hídrica y térmica.

    Hay que tomar en cuenta que la delimitación entre los distintos sustratos no es rígida, tal es así que la vegetación predominante en uno u otro no se pausa de manera brusca, y que algunas especies viven en bastante más de uno de ellos.

    Además, hay dos lugares donde habitan particulares en los que está una flora propia y muy atrayente. Una es la región más cercana al mar, donde se lleva a cabo la Vegetación costera asociada a dunas, playas arenosas y costas pedregosas. Y otra la Vegetación rupícola, que es caracteristica de cantiles, acantilados, escarpes y paredones de fuerte pendiente.

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